¡NO!, no estoy hablando de sexo, joías, que siempre estáis igual!
La verdad es que no sé ni por dónde empezar. Nunca, nunca había llorado tanto en un espacio de tiempo tan corto. Miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo. Mañana ya veremos.
He puesto mi vida patas arriba en cuatro días. Eran cosas que tenían que ocurrir en algún momento pero que no me atrevía a afrontar por ser una cagada cobardica y negarme a asumir lo que me estaba ocurriendo. Pero ya no podía más, he tocado fondo, de tristezas, desesperaciones, de impotencia, que me han hecho llegar a convertirme en algo que no me gustaba. Ojalá fuera fácil ser fiel a tu corazón a toda costa, llevándote por delante cualquier cosa. ¡A mí me está costando tanto!
Tengo el
corazón de mudanza. Ha sido tan triste, ahora comprendo por qué me ha costado tanto tomar la decisión, nunca pensé que una despedida fuera tan dura, empaquetar todo, cargar el coche, parecía de mentira, un mal sueño, ¡me queda tanto por aprender! Pero las cosas ya no funcionaban... aunque nos hayamos empeñado una y otra vez... He aterrizado por fin, he puesto los pies en el suelo y tengo que empezar de cero. Me debería cambiar el nick por "Ave Fénix" pero "Ave" creo que ya está cogido, y "Fénix" era el guaperas del equipo A y no me identifico nada de nada, así que seré hormiguita como siempre, intentando volver a ser la hormiguita de siempre.
Hoy me he despertado pronto, y tenía mucho miedo a sentirme sola como me sentí anoche, sin poderme desahogar. Mis intentos de hablar con amigas se cortaron porque sólo podía llorar. Quería desahogarme con alguien y a la vez estar sola. Entonces he subido la persiana, he abierto todas las ventanas de la casa y he agarrado la bayeta, la escoba y la fregona. Y creedme, tres horas limpiando sin parar un piso de 75 metros y dos habitaciones da para dejarlo como los chorros del oro. He bajado kilos de basura para reciclar y aunque no me apetecía nada, he ido a casa de mis padres a comer, más que nada por estar en contacto con humanos y no volverme loca. Y previamente también he limpiado a fondo mi coche por dentro y por fuera y a continuación el de mi hermano. Canalización de energía, será.
Las madres, que son madres, saben si estás bien o mal con que parpadees, pero la mía es de no preguntar. Sabe que estoy mal, medio pregunta, pero no se lanza. Y a mí no me apetecía nada contarle. Cuando le conté por la acera que camino hace ya año y medio, me dejó claro que no quería saber del tema en cuestión. Lo típico, yo te quiero igual, patatín patatán, pero eso a mí ni me lo mentes que me pongo nerviosita porque no lo comprendo ni lo comprenderé jamás. Sé que lo pasa mal, ambas hemos cedido un poco a pesar de su posición ante el tema, pero ufff qué difícil.
Con todo este lío he estado pensando que quizás he tenido a mi madre un poco limitada porque a mi padre no le había contado nada. Y hoy ha sucedido esto:
Copa Davis (¡Olé España! por cierto): Verdasco-Acasuso, cuarto set. Yo, debajo de la manta con mi padre al lado viendo el partido. Mi padre, sobao. Se despierta. Se produce la siguiente conversación:
PAPÁ (desperezándose): Anda, van por el cuarto set. No me digas que le ha vuelto a romper el servicio.
HORMIGA: papá, tengo que hablar contigo (automáticamente comienzo a llorar).
PAPÁ (cara de preocupación absoluta): Hija, que te pasa, no llores, estoy aquí para lo que quieras, qué te pasa. Y me abraza.
HORMIGA: Papá, que tengo pareja, y es una chica (nota: no me apetecía contarle lo de la separación, porque se me iba a asustar el doble, cada cosa a su tiempo)
PAPÁ: Madre de Dios.
Y creo que entonces los pelos de la cabeza se le han rizado y los púbicos se le han alisado ;-) Y la barba y el bigote se le han caído al suelo. O esa es la sensación que a mí me ha dado.
La conversación ha tenido perlitas como:
PAPÁ:"es que eso no es normal"
HORMIGA:"¿me estás llamando anormal?"
PAPÁ:"no, lo que digo es que si el 99% de la población es de una forma, lo otro no es normal"
HORMIGA:"papá, no voy a entrar en porcentajes (jiji), pero qué tiene de malo eso que llamas no-normal?"
PAPÁ:"hija, que lo que no es normal es malo".
Cuando me he dado cuenta de que no le voy a convencer de nada, como no lo he conseguido con mi madre ni jamás lo conseguiré, le he dicho que se lo he contado porque no quiero mentir más. estoy harta de mentiras, harta. Y que yo lo doy por contado, y si alguna vez me quiere comentar algo nuevo al respecto que me lo diga, que yo estoy agotada de armarme de valor para hablar con ellos (papi y mami), y que simplemente le pido perdón por todas las veces que le he mentido, y que la verdad ya está dicha.
Después al salir, me he cruzado con mi madre que me ha visto llorando desconsoladísimamente y me ha preguntado qué me pasa. "Se lo he contado a papá". Y nueva conversación con mi madre (menos mal que estaba mi hermanito I. por medio también) Que sí, que sé que se les cae el alma a los pies de verme así, llorando a moco tendido, pero que no acaban de entender que lloro porque son las dos únicas personas de mi vida, de mi mundo, que tienen un problema para llevar esto de forma natural. Que tengo un problema porque ellos lo tienen y ellos son parte de mi vida. Pero que por lo demás lo llevo estupendamente! (lo de ser bollera, digo!) No lo comprenden, piensan que podría ser más feliz de otra forma, o no, no lo sé. Me he cansado, he decidido irme.
Y me he ido contenta, en este sentido, porque aunque haya mentes gafotis que piensan que el salir del armario está sobrevalorado ;-) y a veces es verdad (con mi madre me quedé igual, no me sentí con un peso quitado de encima), esta vez sí me he sentido muy bien. Me he dado cuenta de que ya está bien. De que si les parece bien y si no pues no. Voy a hacer mi vida, voy a pelear por lo que quiero, y si tengo que esperarlo lo esperaré lo que haga falta, y cuando vayan llegando las cosas las iré afrontando sin miedo, que estoy ya muy cansada, mucho! No quiero volver a ir así por la vida, que te pierdes un montón de cosas y haces mucho daño colateral...
Pufff, qué pedazo de terapia me acabo de hacer frente al teclado.
¡Eh! ¡Despierten! ¡Que no ha sido para tanto!