En Ocasiones, Toco A Los Hombres

En ocasiones, y sobre todo ultimamente, toco a los hombres. Sí, yo, que soy aquella que jamás he sido mancillada por varón alguno, llevo un par de noches de alcohol y lujuria palpando pectorales, abdominales, deltoides y otras zonas de hombres musculados.

Todo comenzó en Chueca, no podía ser de otra manera. La planta baja del Black&White a altas horas es una olla a presión de hormonas de hombres cachas hasta los dedos de los pies. Habíamos aterrizado allí para que mi amigo MísterBecas se recreara la vista y si podía ser, lo que no es la vista. Y en fin, también por cambiar un poco, que siempre que empiezan a cerrar la primera tanda de bares se termina en el Escape, con la de bares que hay.

De repente, un pedazo de negro se subió a la barra con un bañador apretao y untado de aceite y se puso a contonear su paquete a diestro y siniestro. Nuestras cervicales empezaban a resentirse de mirar hacia arriba y terminé comentando la jugada con otros dos que teníamos al lado. Uno de ellos, un mulato musculadísimo, el otro, un palizas de mucho cuidado. No recuerdo qué pregunta clave le hice al palizas, pero me lo quité de encima con mucho estilo y terminó echándole la charla a la pobre MissMilkaTender, y yo por otro lado con el musculitos, diciéndole lo cachas que estaba, que qué músculos, que parecían de mentira. Mi siguiente paso fue preguntarle que si podía tocarle los pectorales porque total no era en plan sexual, sino pura curiosidad, que no me iba a poner para nada porque a mí de toda la vida me van otro tipo de pectorales. Así que ahí estuve sobeteándole, solo en plan curiosidad lo juro, y flipando de lo duro que estaba el tío (eeeh, oye! no llegué a tocar eso eh!)

Y este viernes pasado, también a altas horas, ya volvíamos cada mochuela a su olivo when de repente aparece el típico colgao que conoces de los bares ná más, con su colega y nos convencen para tomar la ulti en el-bar-un-poco-de-ambiente de esta pequeña ciudad. El amigo, un cachitas, que me empieza a contar que él es hetero pero que los cuerpos de los hombres le gustan, le atraen, y yo, ja! tu eres un poco mariquita, y bla, bla bla, total, que yo tengo un problema, y es que con unas cerves de más, termino entablando conversaciones sobre sexo abierta y desinhibidamente con desconocidos. Craso error. Porque la noche les confunde y se piensan que quiero guerra con ellos! Y más cuando también me intereso por sus abdominales y se los termino tocando!

A ver, no sos confundáis, todo esto lo hago siempre en plan payaso, de risas, nada de en plan calentona, pero como me dijo una sabia mujer, la gente se piensa que estoy más espabilada de lo que realmente estoy, y luego me pasa lo que me pasa, que me empezó a pasar la mano por la espalda y salí por patas de allí!

En fin, ¿cambiaré de acera si me despisto? jajajaja, para nada! ni muerta! Que las chicas somos muy suavecitas, pero mis hombres de la noche estaban taaan cachas!