Punto Medio

Muyme y yo teníamos una cuenta pendiente. Cuando se fuera a casar le prometí organizarle una despedida de soltera, ella y yo mano a mano, nadie más. La idea era pirarnos a Amsterdam, pero debido a circunstancias ajenas a la organización, la cosa no ha podido ser hasta allí aunque igualmente el destino alternativo es cojonuti (no lo puedo desvelar aún porque es sorpresa para este finde).

Ya se hicieron pareja de hecho hace tiempo, y ahora han decidido casarse, y de paso... ¡convertirse en mamis! Ay! Así que como todo está siendo tan rápido he tenido que sacar todas mis armas para organizar la despedida antes de que se me preñe! Para colmo ya está tomando la medicación previa, y anda con una sobredosis de hormonas que si no lo supiera, pensaría que se lleva el día fumando porros porque está de un flower power que te partes! Amiga, te deseo toda la suerte del mundo! ¡Qué MuymeGanas de verte! Verás qué risa!

Estos días tengo una sensación que me me suele venir por temporadas , y eso que yo estoy divinamente, pero ultimamente noto como que la gente que me rodea no sé, ¿evoluciona?

Unas se casan, incluso se embarazan, otras cambian de trabajo, otros se mudan, no sé, parece que la gente en general va encontrando su sitio, y aunque yo estoy bien, no me puedo quejar, bla bla bla, me siento un poco presa de las circunstancias. Sí, soy dueña de mis propias decisiones pero...

¿Dónde está el punto medio entre estancarte y no tomar decisiones por no arriesgar, y mandarlo todo al carajo sin pensarlo demasiado?

Es más, ¿por qué hay que buscar el punto medio?

EDITADO: Nooo! Igual no me he explicado bien: Con esto no quiero decir que quiera casarme y tener hijos, ni es una llamada del reloj biológico, es solo un cambio, un... p´alante!