¿Saltamos?

Tengo el patio revolucionado. Y cuando digo el patio, me refiero al patio del instituto.

Se me ocurrió que para este trimestre iba a plantear una Unidad Didáctica de Combas. Así de primeras los chicos me dijeron que eso era para chicas y para mariquitas, y las chicas ni fu ni fa, ellas ya sabían saltar a la comba.

Yo que soy muy friki, me empeñé y pasé de su motivación cero y continué con mi propuesta.

Los primeros días estuvimos a regañadientes: qué rollo, esto ya lo sé hacer, esto para qué sirve, en fin, lo de siempre. Poco a poco fui metiéndomelos en el bolsillo, proponiendo ejercicios más complicados, y no hay nada como picar a un adolescente: ¿a que no eres capaz de hacer esto?

Después de muchas propuestas y práctica, hemos hecho grupos de diez o doce, y tienen que crear una especie de montaje o coreografía con las combas. La evaluación está al caer y aunque tienen tiempo de sobra para prepararlo, creen que les pilla el toro para terminar de montarlo. Entonces han pasado a la fase: queremos practicar en los recreos.

Así que llevo dos semanas en las que la hora más estresante del día es precisamente el recreo. Hoy hemos hecho record: unos sesenta metidos en el gimnasio y peleándose por las cuerdas, varios alumnos que solo vi el primer día de clase saltando como locos, los móviles se les caen de los bolsillos, pierden los piercings, sudan a chorros e inventan juegos y saltos alucinantes.

¿Quién dijo que saltar a la comba era solo cosa de niñas? Ponen su música o lo que quiera que sea eso (momento me hago mayor y no conozco la música de la juventú) y pasan de temazos como... "al pasar la barca me dijo el barquero", de "quisiera saber mi vocación: soltera-casada-viuda-monja" o "al pasar por el cuartel se me cayó un botón y vino el coronel a pegarme un bofetón"...

El insti parece el Bronx...

¡y esta vez no es por los altos índicesde criminalidad!