I Want To Hold Your Hand

En una ocasión acudí a un concierto en el Palacio de los Deportes. El concierto comenzó y fue animándose poco a poco. Yo tenía a la que era mi novia al lado pero como había mucha gente, estaba al lado pero ligeramente detrás de mí. Empezó a sonar una canción y fui a cogerle la mano. Eché la mano atrás y busqué la suya, la agarré con firmeza y acaricié con mi dedo pulgar el dorso del suyo.

Cuando habían pasado qué sé yo, cinco, diez segundos?, noté algo raro. Le sudaban las manos, qué extraño! Y las tenía un poco más pequeñas de lo que yo recordaba! Entonces me giré, y me encontré con una chica a la que yo no conocía cogida de mi mano y mirándome con cara rara. Con un acto casi reflejo me solté, puse la mejor de mis sonrisas, y quise cavar un hoyo en el suelo y meterme dentro...

En otra ocasión, estaba con La ÑiÑa en las fiestas patronales de un remoto pueblo de La Mancha. Entramos en la caseta municipal y quisimos abrirnos paso hasta la barra. Estaba repleto de gente, todo personas mayores dispuestas a darlo todo en los pasodobles. Yo caminaba delante y ella me seguía. Era muy difícil avanzar, y para ganar ventaja fui a cogerle la mano para avanzar juntas.

Volví a cometer el error, pero esta vez fue más gore divertido. Eché la mano atrás, la cogí con firmeza, incluso acaricié con mi dedo pulgar el dorso del suyo... pero me topé con unas uñacas largas y afiladas, y unas manos arrugadas y resbaladizas llenas de crema hidratante. Ahí sé que tardé menos que la otra vez en darme cuenta, pero la caricia con el pulgar la señora se la llevó! Y me giré, ví su cara, ella estaba envuelta en un abrigo de pieles y llevaba los labios muy pintados. Me sonrió y yo quise morir. La ÑiÑa se partía la caja, claro!

No sé si esto que os voy a decir es preocupante o tranquilizador, pero si una desconocida os coge la mano...

¡Soy yo!