Por El Estómago

Vale, ya he ido a la compra aquí y allá para conseguir lo más rico y a ser posible al mejor precio. Me queda comprar unas servilletas navideñas, un par de velas bonitas y algún que otro adorno navideño más.

El menú empezará con un básico infalible: el jamón de bellota...

(Uf, me estoy dando en los dedos para no abrirlo ya)

En la mesa también tendremos unas minitostas de pan de pasas con foie...

De momento solo puedo decir...

También pondré un par de pinchos de croquetillas caseras, que siempre se agradecen y que he encontrado en el congelador, no me acordaba que me quedaban ¡ñam!

Una tapita de lacón aliñado con pimentón de La Vera y aceite de oliva...

Para que no digan que no comemos pescado redoble y platillo... un poco de lubina...

Y como a servidora no le gustan los dulces navideños, pasaremos del turrón y haremos otra apuesta segura: brownie!

Todo ello regado con un vinazo de Valdepeñas que me beberé yo solita porque La ÑiÑa no empina el codo ni una gota...

Y es que desde que fui a Cortilandia el otro día, el espíritu navideño se ha apoderado de mí, y he decidido preparar esta super cenita-navideña-romántica a La ÑiÑa y que me apetecía darme un homenaje, vaya.

Creedme, la conquista por el estómago... ¡funciona!

Eso sí, las raciones que sean tapitas, no un plataco de cada cosa, que entonces terminaréis en urgencias...

¿Con qué manjar se os conquista sí o sí?