11687 Días En El Mundo

Jugar en los troncos del jardín.
Ir en las bicis a la autoescuela abandonada.
Cuando mi padre me salvó de una muerte segura.
El Santotomás.
Las 50 pelas de paga de la abuela de la caja de lata de Nivea.
Gastarlas en chuches en Bombín.
Los regalos de la comunión.
La playa de la Jaima.
Mi primera bici, la Torrot verde.
Los Goonies.
Jugar al "Juego de la vida" en casa de Peti.
Las noches de reyes y los planes para esquivar a Ama y poder abrir los regalos de madrugada.
Los guachi-cocos de la urba.
Llevarnos al cole a diez metidos en un coche.
Cuando mi padre vino al cole con un regalo por mi santo.
Sentarme con Aita al lado de la chimenea.
Colarnos en casa de los López a robar manzanas y correr delante de Botan.
El día que fui a ver al cine "el guardaespaldas".
Mi madre enseñándome a multiplicar.
Cuando Ignacio Marcilla me decía: eres la más buena, la más guapa y la más lista.
Ir de caza con mi padre a ejercer de "secre".
Mi segunda bici escondida en el garaje para reyes.
Quedarme frita en la alfombra con Pol apoyado en mi culo.
Los partidos de baloncesto los sábados a las 9 de la mañana.
Las fiestas en Botánico y El Muelle.
La Derbi Variant con la que iba al cole.
La excursión para estrenar el AVE a ver Peter Pan sobre hielo.
El viaje a la EXPO en la Express.
El botellón en el Twingo.
Cuando mi madre me acompañó a las pruebas del INEF.
Navegar en el bote los veranos en Busturia.
Las fiestas "de gala" del Sanjosé.
Las nocheviejas engalanadas y las nocheviejas en vaqueros.
Cuando conseguí volar mi cometa.
Las barbacoas en casa por los mil cumples de junio.
Cuando me enteré de que Marcos estaba en camino.
Cuando me enteré de que Inés estaba en camino.
Cuando me enteré de que Gonzalo estaba en camino.
Cuando me enteré de que Olivia estaba en camino.
El viaje en la camper a Croacia.
Los orgullos gays.
Port Aventura.
El viaje a Barcelona a ver a Fito y Calamaro.
Córdoba en mayo.
Cuando volé en parapente.
Las fiestas en Ponzano.
Sanfermines con Alichu.
Ir a Córdoba el domingo por la noche y estar currando el lunes en Villarrubia.
Las tardes-noches en Laocoonte.
Cuando subí al escenario a cantar Te Quiero de Calamaro, y me aplaudieron.
El inter-rail.
Guardar silencio y apagar luces cuando pasaba la monja para proponernos ir a misa.
Robar comida en la cocina de la resi.
Las roscas de la taberna del Almendro.
Subir a la tuna a la habitación con la escalera de una panadería.
Los veranos de socorrista de la playa.
El balneario de Budapest.
La nochevieja en la puerta del sol.
El canario que nunca se nos moría.
Las pechugas de pollo con bechamel de mi madre.
Cuando les dimos galletas con ketchup para desayunar a los enanos.
Los chándales reversibles de Fado.
Las limones helados de postre del club de campo.
Los campamentos en el Valle de los Perales.
Los viajes en moto con mi padre.
La carne con tomate en todas las casas rurales.
El banco de la glorieta de Quevedo.
Cuando hice esquí acuático.
El viaje a Sant Lary a esquiar.
El Hotel Guadiana.
Cuando no fui a jugar al pádel.
La heteronoche.
Aquel carnaval en Miguelturra en el que nos colamos en la carpa.
La excursión a ver la plaza de San Carlos del Valle.
Ducharnos en la piscina porque el agua de casa salía hirviendo.
El camino de Santiago.
El descenso del Sella.
El campamento en Francia en el Chateau de la Valette.
La llegada de Induráin a los Campos Elíseos.
Mi día sola en Edimburgo.
Cenar en La Albariza.
Cuando robé un libro en el VIPS y al día siguiente robé otro.
La rampa de la pisci de la urba.
Jugar al rescate por la noche.
Pagar 800 euros en Ikea y llegar a casa a montar muebles.
El Truco de Olej.
Mi megáfono.
Los conciertos de LuisRa.
Las vistas de Madrid desde las siete tetas.
Cuando mi madre cumplió sesenta años.
El certamen Miss Vertedero.
Cuando me enseñaron a jugar al mus.
El concurso del blog.


Y es que 11687 días dan para mucho...

Ahora tengo otros 365 para seguir engordando la lista de mi gran viaje.

Adoro el día de mi cumple, no sé, me siento más viva si cabe,

¡hala, a celebrarlo como se merece!