4 dic 2009

How I Met Her (Last Choice)

Decidí salir de la pequeña ciudad para pasar el fin de semana en algún otro sitio, con amigos, despejarme y no pensar en lo perdida que me sentía desde hacía meses.

Cañas, compras, paseos, charlas, música y risas. Así trascurría el fin de semana. Mi amiga Pili me insistía en que lo que necesitaba era encontrar una mujer con la cabeza y los pechos en su sitio que me quitase todas las tonterías, mientras que Mili opinaba que lo mejor era quedarme quietecita y no meterme en más relaciones por el momento, y continuase en fase picaflor.

Yo no tenía muy claro si necesitaba una cosa u otra, pero al final Pili se salió con la suya y decidió mandar un sms a su amiga M., que cumplía una serie de requisitos que le parecían imprescindibles para ser candidata a presentármela y ver qué ocurría...

- Entendía.
- Era mona.
- Era maja.
- Era profe.
- Jugaba al pádel.
- Jugaba al mus.
- Estaba dentro del umbral de locura soportable entre bolleras.

Nunca me habían liado para una cita a ciegas, aunque fuera una cita a cuatro, pero me pareció divertido, y además no tenía nada que perder.

Nos sentamos en una terraza a la espera de que llegase y entretanto me la iban vendiendo. Ya verás, cómo no había caído antes en presentártela, es genial, bla bla bla... yo comenzaba a sentirme un poco nerviosa porque me daba una vergüenza increible, lo único que me tranquilizaba es que ella no sabía que iba a una encerrona, por lo que la situación no sería tan tensa, ella simplemente bajaba a tomar algo con sus amigas, y de casualidad pues... allí andaba yo pasando el fin de semana.

La intuí de lejos, y al llegar saludó sonriente mientras se quitaba las gafas de sol y se soltaba los botones del abrigo. Pidió una jarrita de cerveza (punto para la niña!) y se sentó a mi lado, casualidad casualidosa.

Pasamos mucho tiempo en aquella terraza, hablamos de cosas tan insulsas como el tiempo, por supuesto el tema profes dio de sí, muchas tonterías, recordaron historietas de su infancia, y yo terminé confesando que una vez me quedé encajada en un "donut" de un parque acuático (nota mental: contaros en un post este maravilloso episodio de mi vida, jaja!). Entretanto Pili y Mili se encargaron de soltar perlitas que dejaran claro: a) Mi soltería, b) La acera por la que camino. Casi las mato, no sabía dónde meterme...

Hicimos planes para por la noche, y quedamos en dormir un rato, ducharnos y volver a la carga luego con las pilas a tope. Nos despedimos hasta entonces y aunque aseguro que yo no estaba muy receptiva, me envió una mirada que interpreté como "un poco asíN", que me gustó. Al llegar a casa ya me estaban bombardeando con preguntas, impresiones, y yo que soy muy prudente mandé su gozo a un pozo y me limité a comentar que sí, bueno, era maja.

Dormí, me duché, me puse guapa, y allá que fuimos. Habíamos quedado un grupo grande de gente, y para no variar, llegamos tarde por culpa de Pili. Entramos al local y la busqué con los ojos. No la veía. No estaba! Mierda. Tampoco quería preguntar directamente porque no se notase mi especial interés porque ella estuviera. Pitó un sms en el móvil de Mili, que nos leyó en voz alta: "Nenas voy tarde, pero eso no me lo pierdo. Llego enseguida!" Me vacilaron un poco con el "eso no me lo pierdo" y yo respiré, me relajé y empecé a divertirme porque sabía que aparecería en un rato y la noche pintaba mucho mejor así.

Volvió a pedir una jarrita de cerveza y volvió a ponerse a mi lado. ¿casualidad casualidosa? Empezamos a hablar y hablar, y cuando reaccioné me di cuenta de que estábamos a nuestro rollo, a un par de metros del resto. Me contó historietas sobre su ex-novia la psicópata, su ex-novia la histriónica y su ex-novia la normal (sí, me tranquilizó que también hubiera tenido una novia normal). Yo le resumí un poco mis movidas sentimentales pasadas y recientes, me trasmitía confianza y no me importó hablarle de eso a una casi desconocida. A todo esto, me seguía mandando miradas un poco asíN que yo no era capaz de aguantar y terminaba por desviar mis ojos a otro lado al empezar o terminar una frase.

Nos trasladamos todos a otro sitio, más oscuro y con la música más alta. Nos hicimos fotos, bailamos, hicimos el gili, nos hablamos al oído (ya sabéis, con la música alta tiene que ser así), y así pude descubrir cómo olía, uf!

La noche pasó volando y salimos del pub con la luz del día. El tonteo había sido más que evidente pero no había pasado de ahí. ¿Supongo que conocéis esa sensación entre dos personas de estar deseando besarse y que no surja el momento? Si me hubiera pillado con más morro habría hecho algo para quedarme con ella, pero terminamos por despedirnos con dos besos en la cara cargados de tensión sexual mientras me cogía la mano.

Yo dormía en casa de Pili, que a la mañana siguiente tenía que salir de viaje temprano, y se marchó dejándome con permiso para seguir durmiendo a pierna suelta sin límite de hora para poder conducir descansada. Desperté, estuve mirando al techo un buen rato recordando todo lo que había ocurrido la noche anterior, valorándolo con la mente despejada, y entonces sí, decidí hacerme con su móvil y busqué la excusa perfecta (y absurda) para llamarla. Se había dejado su tabaco en mi bolso. Yuju!

Le envié un cauteloso sms que me respondió al instante con una llamada. Era más valiente que yo! Directamente me propuso comer juntas, llevarme a ver "la cueva del diablo" (sitio por lo visto muy bonito, del que habían hablado el día anterior, donde jugaban de peques y donde se dio su desastroso primer beso con lengua).

Todo fue genial, me sentía mucho más relajada, y ella también. Comimos, fuimos a la cueva, y entramos linterna en mano. Flipé porque era un sitio increible, y le pregunté dónde había sido su horrible beso. Me llevó hasta allí, y la tensión sexual cortaba el aire, por lo que muy en mi línea, empecé a comportarme a lo Chandler de Friends, es decir, hacer chistes malos para ocultar mi estado de nerviosismo incontrolable. La primera gracia me la rió, y mientras decía la siguiente chorrada se me acercó decidida, me miraba justo a los ojos y se quedó parada delante de mi boca, no sé cuántos segundos estuvo ahí, pero terminé besándola, rompiendo el maleficio de su desastroso primer beso con lengua en aquella cueva.

Y bueno, qué decir, pues lo que ya sabéis, que hasta aquí puedo leer y que todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Ah, y que esta vez me he enrollado más relatándolo, sorry!

9 comentarios:

no more dramas dijo...

mmmmmm... mooola! a mi también me da por decir gilipolleces cuando estoy nerviosa :P

un besito!

Superbaturra dijo...

Cómo jode estar una noche con una chica genial y que no surja el momento de besarla...

Saltinbanqui dijo...

Yo tb bromeo en esos momentos tensos, jeje.
De mayor quiero ser como tu.
XD

cris dijo...

Joder, que malo es ponerse nerviosa y empezar a decir chorradas. Lo bueno es que a veces la otra está igual ajajjajajaajj.

Por Dior!! Cuenta lo del donut asfixiador!! ajajajajajajaaj. Es que me lo estoy imaginado y me parto ajajajajaja

Blau dijo...

y quien es ella???

Nosu dijo...

como molan tus historias seductiles!

El último punto de los requisitos (locura bolleril) es muyyy importante.

A mí me sucedió lo contrario, en lugar de quedarme encajada en un donut de esos, salí despedida y bajé a pelo por el tobogán de cemento. Me quedé sin epidermis en la espalda pero por suerte, con el bikini puesto

María dijo...

Lo que está claro, es que tiene que ser profe. Repites...

Marcela dijo...

el tema profe es especial, si encima llegamos a llevar uniforme, ya hubiera sido la hostia, ajajjaa. Y el tema de "entendía" también es intocable, yo hace poco lo olvidé y así me va.

Jo dijo...

En una cueva??? Mira que molan tus aventuras, las mias son de lo más normal tirando a sosas.