27 sept 2013

Macarrones y Helados

El dueño de la pasta italiana Barilla ha hecho unas declaraciones muy absurdas, y como me enciendo si empiezo a opinar, os dejo con el artículo que ha escrito El Comidista de El País al respecto. Mikel es un crak :-)

Barilla, la pasta homófoba

Por:  26 de septiembre de 2013
Guido barilla





 

















La he liao parda. / L'INTRAPRENDENTE

"¿Quién me mandaría conceder esta entrevista?". Supongo que esto es lo que lleva diciéndose a sí mismo desde esta mañana Guido Barilla, presidente del grupo que fabricala pasta que lleva su apellido. Gracias a unas palabras pronunciadas por él en la italiana Radio24, su marca se ha visto envuelta en una importante polémica que puede perjudicar sus ventas. Y con razón, porque lo que ha dicho no debería tener pase en ninguna sociedad democrática moderna.
Cuando le han preguntado por qué Barilla no incluye parejas homosexuales en sus anuncios, el empresario ha contestado: "No haremos publicidad con homosexuales porque nos gusta la familia tradicional. Si los gays no están de acuerdo, siempre pueden comer pasta de otra marca. Todos son libres de hacer lo que quieran porque no molestamos a nadie".
¿No molestamos a nadie? Pues parece que sus declaraciones, signore Guido, SÍ han molestado a mucha gente. A casi todos los grupos de defensa de los derechos de los gays en Italia. Y a miles de ciudadanos de toda orientación sexual que muestran su desagrado con ellas en las redes sociales, y que llaman a dejar de comprar sus productos bajo la etiqueta #boicottabarilla.
Seguramente habrá quien no entienda tanta polémica, y que defienda el derecho del magnate a mantener esta postura. Bien, a estas personas les sugiero que hagan el siguiente ejercicio: sustituir "gays" por "negros" en las declaraciones de Barilla. "No haremos publicidad con negros porque nos gusta la familia blanca. Si los negros no están de acuerdo, siempre pueden comer pasta de otra marca. Todos son libres de hacer lo que quieran porque no molestamos a nadie".
¿A que suena heavy? Pues igual de intolerable es discriminar a un colectivo por el color de su piel que por sus preferencias amatorias. De hecho, esa coletilla final de "no molestamos a nadie" me ha recordado mucho a los defensores del apartheid en Suráfrica, cuando decían que ellos no tenían nada contra los negros y que simplemente querían vivir separados de ellos. O peor aún, a los que se manifiestan en contra del matrimonio o la adopción igualitaria pero luego dicen que no son homófobos "porque tiene muchos amigos gays".
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"No importa si te gustan los farfalle o los macarrones. Simplemente ama". / GAY POWER

Justamente va por ahí la "aclaración" -es un decir- que ha tenido que hacer Guido Barilla al comprobar el pollo que había montado con sus afirmaciones. Atentos a sus palabras: "En la entrevista simplente quería subrayar la centralidad del papel de la mujer en el interior de la familia. Tengo el máximo respeto por los gays y por la libertad de expresión de cualquiera. Lo he dicho antes y repito que respeto el matrimonio entre gays. Barilla en su publicidad representa la familia porque ésta acoge a cualquiera y desde siempre se identifica con nuestra marca".
Tras leer la primera frase, creo que alguien debería informar a este hombre de que existen ciertos seres humanos llamados "lesbianas". Al parecer ignora que los homosexuales no son sólo hombres, porque si no no entiendo a qué viene meter a "la mujer" en este ajo. En cuanto al "respeto", si de verdad lo tuviera no habría enfrentado como opuestos los conceptos "pareja gay" y "familia". Quizá esa misma persona que le explique al señor Barilla en qué consiste el lesbianismo le podría contar también que hay familias formadas por dos hombres o dos mujeres, y que muchas de ellas tienen hijos. Y que los gays también cuentan con hermanos, tías, primos y suegras. De hecho, apuesto a que en la suya hay uno o más de uno, por pura estadística.
Guido Barilla tiene todo el derecho del mundo a pensar que los gays no pueden formar una familia "tradicional" y que por eso no deben aparecer en los anuncios de su marca. El mismo derecho que tenemos los que pensamos que su opinión es impresentable a no comprar sus productos como muestra de disgusto ante una empresa que practica la discriminación.
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Elige el tipo de familia que más te gusta.

Aunque al compartir la noticia en las redes sociales todas las reacciones han ido más bien por el lado de la indignación, ha habido alguna voz disonante que se preguntaba si ese es un criterio para comprar o no comprar pasta. Pues bien: para mí lo es. Todo lo que hacemos conlleva algún tipo de responsabilidad social, porque nos guste o no los humanos somos seres políticos. Podemos (¿debemos?) usar nuestro poder como consumidores para apoyar o rechazar prácticas o ideas.
Parece bastante sensato que en una misma gama de precios sea más apetecible consumir el producto de una marca que, por ejemplo, favorece la conciliación familiar o trabaja con discapacitados que de otra que se posiciona abiertamente en contra de los gays. Desde luego que no podemos saberlo todo, y seguro que muchas otras marcas mantienen líneas de actuación parecidas a las de Barilla sin decirlo públicamente. Pero si alguien es suficientemente bocazas y homófobo para poner esta información a nuestro alcance, siempre podemos reaccionar, aunque sea con una pataleta unipersonal.

Otro argumento posible en contra del boicot a Barilla es que "hay compañías que hacen cosas mucho peores”. No tengo la menor duda de que es así, pero este tipo de justificaciones no llevan más que a una aceptación entre fatalista y borreguil de cualquier mal. Si el presidente de una empresa dedicada, por ejemplo, a la elaboración de chocolate, saliera por la tele diciendo que sus trabajadores curran 18 horas al día en condiciones infrahumanas y que “a quien no le guste que no lo consuma”, lo dejaríamos de tomar ipso facto. Por ese mismo motivo, a mí no me quedan muchas ganas de comprar la pasta de Guido, al menos hasta que no cambie su política.

Personalmente siempre compro pasta de marca blanca o gallo si está de oferta, pero alguna vez he hecho una gracia cogiendo alguna de Barilla, porque siendo sincera, está rica, pero no me compensa. Igualmente os digo, y lo siento por vuestras lorzas, que los helados Ben&Jerrys son gay-friendlys a tope, jeje! Apoyan muchas causas pro-gays, y sacaron este helado en una de estas ocasiones...



A partir de ahora en vez de macarrones... 

¡HELADOS!

26 sept 2013

Abrázame

El inicio de curso me tiene totalmente absorbida. Me he estrenado en jefatura de estudios y llevo un mes de locos, y la verdad es que aunque no me arrepiento de haber dicho que sí a esta locura, es cierto que es un machaque en muchos sentidos. 

Hay muchas tensiones entre algunos compañeros, y bastante hostilidad hacia el equipo directivo por parte de los que lo componían anteriormente. Jugarretas, sonrisas falsas para luego meterla por detrás a niveles alucinantes (nos hackearon la wifi el día de las evaluaciones de septiembre para sembrar el caos, por poner un ejemplo). 

Pero estoy aprendiendo un montón, y re-despertando mis ganas de dedicarme a la enseñanza, porque esto es muy vocacional pero quema que te cagas, y es fácil perder el norte y el entusiasmo.

Hoy en la reunión con los tutores, la orientadora les ha presentado una serie de sesiones para trabajar con los alumnos basadas en este libro:




El libro me ha parecido una pasada, es tierno tierno y las sesiones que ha sacado para trabajar con los alumnos me parecen geniales. 

El problema ha venido cuando le hemos tenido que explicar a cuatro orangutanes (los cuatro tutores de 2º de ESO) que tenían que desarrollar actividades con los alumnos cuyo tema central era EL ABRAZO.

Se han puesto muy nerviosos, pero en serio! No se ven capaces de hablar de algo que tenga que ver con las emociones, ni aunque sea la chorrada más sencilla del mundo. La orientadora les ha explicado que la primera actividad era de presentación, y consistía en decir "me llamo menganito, y esto es un abrazo", y darle un abrazo al compañero de la derecha, y así sucesivamente hasta completar el círculo. Como se hacían los tontos para evitar el tema, la orientadora (que tiene mucha paciencia y mucha guasa), nos ha hecho escenificar la actividad, de forma que allí mismo en la reunión hemos hecho un simulacro de la actividad.

Ha sido mi gran momento del día. Ver cómo los machitos ibéricos se ponían nerviosos e incómodos por tener que abrazar al compañero del al lado. Resalto que no hacía falta fundirse en un super abrazo, podía ser un abrazo frío y convencional, pero es que ni eso!. Han llegado a decir que esto era una actividad muy femenina (sí, han usado la palabra femenina). Qué pena me da que estén tan bloqueados por dior! Es que se creen que se les va a caer el pito por pasar los brazos por encima de los hombros de un colega de trabajo!

Pero al final se han tenido que resignar y darse un torpe abrazo. Y yo he disfrutado como una enana. Aunque me da rabia que gente con estos prejuicios machistas y absurdos esté educando a nuestros alumnos. Pero esto va a ser un pequeño granito de arena, jeje!

¿Os imagináis con vuestro tutor/a del insti haciendo una sesión de abrazos??

2 sept 2013

Historieta De Una Alianza

Cuando decidimos casarnos teníamos claro que sería algo sencillo y austero (que no quita que no fuera la juerga padre, os lo digo). El caso es que no queríamos hacer algo tradicional, aunque ya siendo una boda entre dos mujeres nos quitábamos una gran parte de eso que llamamos tradicional, jeje. 

En cuanto a alianzas, nos quisimos comprar unas, nos hacía gracia, pero fueron un par de anillos de plata bastante sencillos y no muy caros. Yo no suelo llevar anillos pero enseguida me acostumbré a llevarlo y me gustaba, además por no ser anillos buenos buenisssmos, me lo quitaba para todo y así no estropearlo. Ni ducha, ni fregar platos, ni lavarme las manos... nada. 



Debido a este quita y pon, no fueron pocas las veces que no supe dónde lo había dejado, aunque después del susto inicial, siempre acababa apareciendo en un bolsillo, en el borde del lavabo, encima de una mesa, en el suelo... en cualquier parte, pero terminaba apareciendo.

Hace unas semanas estuvimos en Mallorca, y al bajar del vuelo entré en los wc, me lavé las manos y me metí el anillo al bolsillo. Y esa fue la última vez que lo ví. Cuando lo empecé a echar de menos ya no supe dónde más buscar. Revisé pantalones, bolsos, maleta... to-do, y el anillo nunca apareció.

La ÑiÑa no me prestó mucha atención porque está acostumbrada a que lo pierda y luego aparezca, con lo que yo al ver que lo había perdido de verdad, me callé cual puta para que no me echase la bronca y pensé hasta en comprarme uno igual cuando regresáramos a Madrid.

Ya en Madrid, ocurrió esta conversación entre las dos:

La ÑiÑa: Oye, apareció tu anillo al final?

Yo (mintiendo a tope): Sí, apareció.

La ÑiÑa: Y dónde estaba?

Yo: Pues por ahí, entre mi ropa en la maleta, ya sabes.

La ÑiÑa: Ay, si es que eres un desastrito.

Yo: Ya, bueno, sí.

La ÑiÑa: Y ahora dónde está?

Yo: Pues en casa, ya no me lo pongo tanto para no perderlo. 

La ÑiÑa. Ah, muy bien.

Y ahí quedó la conversación.

Hasta que el otro día sonó mi móvil y yo estaba metida de patas en la jardinera de casa colocando plantas y le dije a La ÑiÑa que respondiese ella. Y era mi amiga Martita, la de Mallorca, contentísima anunciando que se había encontrado mi anillo en el asiento trasero de su coche, y que qué suerte que al final no lo había perdido. 

Mientras le transmitía la noticia mi cara iba cambiando por todas las expresiones posibles, y la de La ÑiÑa ni os cuento, jajajaa!!!

Cuando colgó no tuve más remedio que contarle la verdad a La ÑiÑa, que la verdad pasó de mí porque PALABRAS TEXTUALES: No hacía falta que me mintieras nena, acepté comprar esos anillos baratos porque sabía que lo terminarías perdiendo!

A veces no me queda más remedio que darle la razón, aunque he de decir que para rematar esta historia, el otro día ella estuvo sin encontrar el suyo tres días, y terminó apareciendo en un bolsillo de sus pantalones (juro que no tuve que ver en esa desaparición, fue cosa suya) y me pude reir mucho al ver que ella también es humana y pierde las cosas, y oye, a fin de cuentas yo lo pierdo pero siempre termina apareciendo!

En fin, hasta aquí otro capítulo de Chorradas Bollomatrimoniales...

Hoy vuelta al cole, me pongo las pilas!!