La verdad es que no sé por qué estas cosas me siguen sorprendiendo/enterneciendo, porque ya son algo de lo más normal, pero este fin de semana hemos estado en Mi Pequeña Ciudad de cumpleaños familiar, y estando en los columpios con mis sobris...
- SOBRI_5AÑOS: Hormi... dame un euro para ir a comprar chuches...
- HORMI: No llevo ni uno! Corre y pídeselo a La ÑiÑa, que ella te lo da!
- SOBRI_5AÑOS: No andaaa pídeselo tú que para eso es tu esposa...
¡Adorables!
A todo esto, esta semana pasada le he dado una buena patadilla al armario en el instituto. Me asusta un poco la naturalidad que voy teniendo con el tema ultimamente, pero es que me sale casi solo.
Resulta que me he metido en un embolao muy gordo para el curso que viene. Me llama la directora al despacho con un halo de misterio un poco raro. Comienza su discurso diciéndome tooodo lo que me aprecian en el instituto, lo bien que he encajado, lo contentos que están conmigo, bla bla bla. Yo me encaramo a la mesa y me encojo cual bicho bola temiendo lo peor. Pasan por mi cabeza ideas como que algún padre/madre ha tenido una queja gorda sobre mí, que me he olvidado de hacer algún trabajo pendiente importante, incluso me acojono pensando que alguien ha descubierto cual aguja en pajar mi blog y ahora piensan que soy una vampiresa lesbiana sociópata.
Le corto el discurso y le digo que me está asustando con tanto betún, que qué es lo que pasa. Ella se ríe y me dice que no es nada malo, tan solo que uno de los jefes de estudios adjuntos se marcha a otro destino el curso próximo y que han pensado en mí para sustituirle.
Ajaja... podriais pensar que me relajé, no? Pues no! Eso sí que da miedito! Se agradece muchísimo que piensen en mí para esto pero a-co-jo-na. El ambiente para trabajar en ese puesto no es el mejor dadas múltiples circunstancias a nivel del centro y por supuesto a nivel político, así que después de contraer y relajar mis esfínteres compulsivamente varias veces, le digo que me dé unos días para meditarlo.
He hablado aquí y allá con unos y con otros, he hecho lista de pros y contras, y ha resultado que en cantidad ganan los pros, aunque los contras se escriben con mayúsculas. Pero me he lanzado, y aunque estoy un poco sobrepasada, cada vez me entusiasma más la idea de esta nueva etapa.
En fin, a lo que iba! Que ya he empezado en un par de reuniones para ponerme al día, y entre una charla y otra (dónde vives exactamente, pero tú de dónde eres, y mi pareja, y ellos entonces tu marido, y yo: mi pa-re-ja, y ellos entonces tu chico... bla bla bla, hasta que zas! Lo suelto: no, no, que no es mi marido, ni mi chico, que es mi chica, mi chi-ca). Me ha tocado aclarar esto dos veces en 48 horas, así que todo el equipo directivo está al tanto, y por ahora lo esperado: sin problemas!). Y es que no quiero trabajar codo con codo con compañeros que se refieren a mi pareja como mi marido y yo callarme. Me chirría a los oídos!! Y me parece ridículo.
Para algunas de vosotras esto será una tontería porque estaréis en el trabajo totalmente fuera del armario, pero yo aquí donde me véis que me importa un pito este tema en general, en el trabajo siempre me ha costado más, pero ya véis!
